Hemos recopilado 6 situaciones comunes que tu Au Pair puede tener que afrontar, y consejos prácticos para tu familia:
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Es la pesadilla de todo padre: estás en el trabajo y recibes una llamada de alguien diciéndote que tu hijo ha tenido una urgencia médica. Nos gustaría decirte que acogiendo a una Au Pair esto nunca te ocurrirá pero, no sería realista. Acoger a una Au Pair no disminuye las probabilidades de que tu hijo enferme o se lesione: es algo que puede ocurrir en la guardería o en el jardín de infancia, así como en casa de los abuelos, en el parque o en la academia de danza a la que va tu hijo una vez a la semana.
Sin embargo, enseñar a tu Au Pair a manejar las situaciones habituales que puedan surgir puede influir mucho en el resultado.
Desde caídas hasta cortes y huesos rotos, dependiendo de la edad de tu hijo, tu Au Pair debe estar preparada para distintos tipos de lesiones. Las Au Pairs no son niñeras profesionales , y puede que sea la primera vez que cuidan solas a un menor. Por eso no debes dar nada por sentado: prepara un plan médico de urgencia claro con la información de su médico, los datos del seguro, el centro de urgencias más cercano y los hospitales. También debes escribir una lista de números a los que llamar en caso de emergencia y colocarla en algún lugar bien visible (por ejemplo, en la nevera).
Otra situación frecuente es cuando un niño presenta de repente fiebre alta o signos de reacción alérgica. Estos momentos pueden asustar, sobre todo a alguien que no está acostumbrado a tratar con ellos. Asegúrate de que tu Au Pair conoce el historial médico de tu hijo: alergias, intolerancias, reacciones anteriores y la medicación adecuada que debe administrarle si se la ha recetado un médico. Escribe instrucciones claras y ponlas en algún lugar bien visible, como en la nevera. Deben incluir cuándo llamarte inmediatamente, cuándo contactar con el pediatra y cuándo ir directamente a urgencias. Haz hincapié en que es mejor comunicar mucho que poco sobre un síntoma.
Las emergencias no sólo afectan a los niños. Tu Au Pair vive lejos de casa y también puede enfermar o lesionarse. Aunque sea «sólo un resfriado», puede resultar abrumador sin su sistema de apoyo habitual. Ten preparado un plan: explícale cómo pedir cita con el médico, qué clínicas aceptan su seguro y dónde está la farmacia más cercana. Anímala a que te avise en cuanto no se encuentre bien, para que puedas ajustar los horarios y asegurarte de que los niños están atendidos. Mostrar empatía y ofrecer apoyo en estos momentos no sólo ayuda a tu Au Pair a recuperarse más rápidamente, sino que refuerza la confianza y el vínculo entre vosotros.
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En casa es donde los niños pasan la mayor parte del tiempo, lo que también lo convierte en el lugar donde pueden ocurrir muchos pequeños (y a veces grandes) accidentes. Aunque no puedes predecir todas las situaciones, puedes dar a tu Au Pair las herramientas y la confianza necesarias para manejarlas bien.

Los cortes repentinos de electricidad o un cuarto de baño inundado pueden confundir a alguien nuevo en tu casa. Enséñale a tu Au Pair dónde se guardan las linternas, cómo reiniciar con seguridad la caja de fusibles y dónde se encuentra la válvula principal de cierre del agua. Escribe estas instrucciones y colócalas en un lugar visible para que no tengan que confiar en su memoria en un momento de estrés. No olvides que tu Au Pair está aprendiendo un nuevo idioma, así que, una vez más, no des nada por sentado y explícale cada paso con cuidado.
No siempre hace falta una gran emergencia para crear pánico; a veces se trata de pequeñas cosas. Un ejemplo habitual es cuando un niño se encierra accidentalmente en una habitación. Asegúrate de que tu Au Pair sepa dónde guardas las llaves de repuesto de cada puerta o, si tu casa utiliza cerraduras sencillas, cómo abrirlas con una moneda o un pasador.
Recuérdale que mantenga la calma, que siga hablando al niño a través de la puerta y que le tranquilice hasta que se abra la puerta. Si el niño es muy pequeño y no tienes un modo inmediato de desbloquear la puerta, indica a tu Au Pair que te llame inmediatamente y, si es necesario, que se ponga en contacto con los servicios de emergencia locales para pedir ayuda.
Llevar a los niños al colegio, a las actividades o a los juegos suele formar parte de la rutina diaria de una Au Pair, lo que significa que tarde o temprano surgirán problemas de transporte. Si preparas a tu Au Pair para distintos escenarios, evitarás que cunda el pánico y garantizarás la seguridad de los niños.

Si tu Au Pair depende de autobuses o trenes, los retrasos y cancelaciones pueden causar estrés, sobre todo cuando los niños están esperando a que los recojan.
Establezcan juntos un plan de emergencia, como llamar a otro de los padres, a un vecino de confianza o utilizar un servicio de transporte compartido o un taxi en caso de emergencia.
Tener un «plan B» garantiza que tus hijos nunca se queden tirados.
Incluso si no se trata de una emergencia, algunas situaciones pueden resultar abrumadoras para una Au Pair, sobre todo si es la primera vez que se ocupa sola de los niños.
Ayudarla a prepararse para estos retos hará que sus días sean más llevaderos y te dará tranquilidad.

A veces los niños ponen a prueba los límites, sobre todo cuando están con alguien nuevo. Explica claramente las normas de tu familia y asegúrate de que tu Au Pair sabe cómo quieres que se apliquen, tanto si se trata del tiempo frente a la pantalla como de los deberes o la hora de acostarse. Recuérdale que no se tome la desobediencia como algo personal, pues es normal que se adapte a una nueva figura de autoridad. Antes de que llegue la Au Pair, prepara a tu hijo explicándole que una nueva persona pasará mucho tiempo con él y que debe ser escuchada igual que tú. Después del primer día, pregunta a tu hijo cómo se siente en la nueva situación.
Las discusiones entre hermanos pueden intensificarse rápidamente, y puede que una Au Pair no sepa hasta qué punto es adecuada su intervención. Oriéntala: cuándo dejar que los niños resuelvan las cosas por sí solos y cuándo intervenir. Enséñale técnicas sencillas, como separar a los niños durante unos minutos o redirigirlos a otra actividad. Tranquiliza a tu Au Pair diciéndole que su trabajo no consiste en detener todas las riñas, sino en mantener el ambiente seguro y tranquilo.
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Una comunicación clara es crucial en caso de emergencia, pero las barreras lingüísticas o la incertidumbre pueden empeorar una situación estresante. Preparar a tu Au Pair con antelación ayuda a evitar retrasos y confusión cuando es necesario actuar con rapidez.
En un momento de urgencia, las instrucciones complicadas pueden ser difíciles de seguir, sobre todo si tu Au Pair acaba de empezar a aprender tu idioma o si se comunican en una lengua que ninguno de los dos habla bien. Escribe tus procedimientos de emergencia en pasos sencillos, y practícalos juntos para que tu Au Pair se sienta segura. Enséñale palabras y frases clave que pueda necesitar en inglés, como «call 911» (o el número de emergencias de tu país, una vez más: ¡no des por sentado que tu Au Pair lo sabe!) o «emergency», y asegúrate de que siempre tenga los números importantes guardados en su teléfono.
Un reto habitual es decidir qué es lo «suficientemente grave» como para ponerse en contacto contigo inmediatamente. Por ejemplo, ¿es urgente un pequeño golpe en la cabeza, o sólo algo que mencionar más tarde? Establece directrices claras sobre qué situaciones requieren una llamada telefónica inmediata, y recuerda a tu Au Pair que siempre es mejor sobre comunicarse que permanecer en silencio. Esto les dará tranquilidad a los dos y evitará malentendidos.
Las emergencias no siempre tienen que ver con la seguridad física; a veces tienen que ver con las emociones. Los momentos estresantes pueden resultar abrumadores tanto para tus hijos como para tu Au Pair, sobre todo cuando están lejos de casa y sin su sistema de apoyo usual.

La nostalgia, el estrés o la falta de preparación pueden afectar mucho durante una crisis. Anima a tu Au Pair a que te cuente cómo lo está afrontando y asegúrale que no pasa nada por no tener todas las respuestas. Un rápido informe tras un incidente, en el que se hable de lo que ha ido bien y de lo que podría mejorarse, ayuda a fomentar la confianza y fortalece vuestra relación. Mostrar empatía en estos momentos hará que tu Au Pair se sienta apoyada, lo que beneficia a toda la familia.
La mejor forma de afrontar las emergencias es prepararse con antelación. Prepara una carpeta familiar de emergencias, explica a tu Au Pair los procedimientos de seguridad y actualiza estas rutinas cada pocos meses. Las visitas periódicas, informales y de apoyo, son una gran oportunidad para discutir cómo manejar situaciones difíciles y escuchar cómo respondería tu Au Pair. Habla de situaciones prácticas que hayan ocurrido o que puedan ocurrir en el futuro. Cuanto más preparados estén, más seguros se sentirán, y esa confianza aporta tranquilidad a toda la familia.
Las emergencias pueden ser imprevisibles, pero con preparación y comunicación abierta, tu Au Pair nunca tendrá que afrontarlas sola, ¡y tú tampoco!
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