Trabajé en una guardería con niños de 6 meses a 9 años. Al principio, me supervisaban para que aprendiera todo correctamente: desde cambiar pañales, preparar biberones, alimentar y acostar a los bebés, hasta limpiar artículos para bebés como biberones y chupetes. También les daba muchos baños: en tinas pequeñas, en la ducha con los niños mayores, ¡e incluso baños rápidos en el lavabo después de las fugas del pañal!

En esta guardería, aprendí a cuidar a los niños según sus diferentes etapas y necesidades.

También fui voluntaria durante un año en una biblioteca infantil. Al principio, iba solo a leer (¡me encantan los libros!), pero pronto descubrí un proyecto de narración y me uní. Creé pequeñas obras de teatro, conté muchas historias y ayudé a dar vida a la imaginación.

Pero mi experiencia favorita viene de la vida real: como la nieta mayor de una familia numerosa, siempre era responsable de mis primos menores cuando jugábamos al aire libre. Tenía que inventar juegos, asegurarme de que todos estuvieran incluidos e incluso resolver pequeñas peleas cuando surgían.

Hoy, ¡sigo invitando a mis primos y a mi ahijada a dormir en casa, a pasar días en la playa y a jugar! Cuando mi tía estaba embarazada, me ofrecí a ayudarla los fines de semana para que pudiera descansar. Como estuve presente durante todo el embarazo y la apoyé durante la etapa neonatal, me nombró madrina de su hija, Kyara.

¡Ahora, con 7 años, Kyara es uno de los grandes amores de mi vida! ?