¡Hola! Me llamo Paige, tengo 23 años y soy de Loughborough, Leicester, Reino Unido. Estoy emocionadísima de empezar este nuevo capítulo como au pair. Siempre me ha encantado trabajar con niños y crear un entorno cálido y seguro donde puedan crecer, reír y aprender. Ser au pair combina dos cosas que me apasionan: el cuidado infantil y explorar el mundo. Soy una profesional cualificada en cuidado infantil con más de 7 años de experiencia práctica, incluyendo el apoyo a niños con necesidades especiales, y estoy lista para aportar mis habilidades, cariño y entusiasmo a una nueva familia en el extranjero. Creo que encajaría a la perfección con cualquier familia que busque a alguien confiable, cariñosa, paciente y con una auténtica pasión por ayudar a los niños a prosperar.

Un poco más de detalle:

He trabajado en el sector del cuidado infantil durante más de siete años, empezando en una guardería donde cuidé a niños de 0 a 4 años. Durante mi estancia allí, con tan solo 17 años, me confiaron el puesto de Coordinadora de Necesidades Educativas Especiales (NEE). Esto implicó formarme y especializarme en el apoyo a niños con necesidades adicionales, como autismo y TDAH, un puesto que realmente marcó mi trayectoria profesional y profundizó mi pasión por la atención inclusiva.

Tras cinco años en la guardería, sentí que era el momento de ampliar mis habilidades y comencé a trabajar en una pequeña escuela secundaria con alumnos autistas de entre 11 y 14 años. He desempeñado este puesto durante los últimos dos años y actualmente estoy completando mi titulación de Asistente de Enseñanza de Nivel Superior (HLTA), que finalizará en septiembre de 2025, justo a tiempo para mi emocionante mudanza a Australia.

Fuera del trabajo, siempre he estado rodeada de pequeños. Soy la orgullosa tía de tres sobrinos de 16, 13 y 8 años. Mi sobrino mayor tiene síndrome de Down, y cuidarlo fue mi primera experiencia en el mundo de las necesidades especiales. Él usa el lenguaje de señas Makaton para comunicarse, y desde pequeña aprendí la importancia de la paciencia, la comprensión y el amor incondicional. Me enseñó que a veces el mundo simplemente necesita bajar un poco el ritmo, y creo que es un mensaje que todos necesitamos escuchar de vez en cuando.