Mi nombre es Merling y me gustaría aprovechar esta ocasión para compartir con ustedes una de las experiencias más enriquecedoras y significativas de mi vida. Durante los últimos seis años, he tenido el privilegio de acompañar a una persona mayor, Mama Rosa, quien no tiene necesidades especiales, y a su nieta de 10 años, Adriana. Lo que comenzó como una relación de apoyo y cuidado se ha convertido en una verdadera conexión familiar, donde he podido crecer y aprender junto a ellos.

A lo largo de estos años, mi rol ha sido el de acompañar, cuidar y asistir en las tareas cotidianas, siempre con el objetivo de garantizar su bienestar y comodidad. En el caso de la persona mayor, me he encargado de acompañarla en sus actividades diarias, asegurándome de que se sienta acompañada y bien cuidada en todo momento. De igual forma, he apoyado a la niña en su desarrollo, ayudándola con las tareas escolares, organizando actividades recreativas, y fomentando su crecimiento emocional y personal.

El vínculo que he formado con ellos es muy especial. Nos hemos convertido en una verdadera familia. He sido testigo de su evolución, tanto en los momentos cotidianos como en los más significativos, y estoy profundamente agradecida por la oportunidad de haber sido parte de sus vidas. Durante todo este tiempo, he aprendido a ser paciente, empática y a escuchar las necesidades de los demás, lo que ha fortalecido mi capacidad para brindar apoyo incondicional.

Lo que más valoro de esta experiencia es el respeto mutuo que hemos cultivado. La confianza que han depositado en mí ha sido fundamental para crear un ambiente donde la comunicación fluye de manera abierta y honesta. Además, mi interacción con la niña ha sido sumamente enriquecedora, ya que no solo he sido una figura de apoyo, sino también una amiga con la que ha podido compartir sus alegrías, inquietudes y sueños.

Esta experiencia me ha enseñado la importancia de crear vínculos genuinos y de brindar cuidado con dedicación y amor. Al igual que con mi “familia” actual, me comprometo a dar lo mejor de mí en cualquier situación, asegurando siempre que las personas bajo mi cuidado se sientan respetadas y bien atendidas.

Espero que esta carta les permita conocer más sobre mi trayectoria y mi enfoque hacia el cuidado de personas, y que considere la posibilidad de que pueda ser parte de su familia como au pair. Estoy convencida de que puedo aportar lo mismo que he hecho a lo largo de estos años: amor, respeto y responsabilidad.

Gracias por su tiempo y consideración. Quedo a su disposición para cualquier duda o entrevista.

Atentamente,
Merling