Actualmente, vivo en Francia, cerca de la frontera con Suiza, trabajando como au pair para una familia con una niña de 9 años y un niño de 11. Hablo inglés con la madre anfitriona y japonés con el padre anfitrión y los niños. Disfruto mucho compartiendo cultura a través de las interacciones cotidianas, como las comidas y las rutinas familiares.

Ya sea con niños o adultos, siempre intento ver las cosas desde la perspectiva del otro y responder con flexibilidad y una actitud positiva. Creo que respetar y aceptar las diferencias culturales e individuales es clave para construir buenas relaciones.

Tras un año de experiencia como au pair, me siento segura de mi capacidad para apoyar a una familia anfitriona no solo con las rutinas diarias, sino también compartiendo el idioma y la cultura de forma práctica y significativa.