Me llamo Anna, tengo 18 años y soy de Cork, Irlanda. Siempre me han gustado los niños y viajar por el mundo, por lo que puedo decir que después de ser Au Pair, he conseguido cumplir uno de mis mayores sueños.
 

En septiembre de 2023, me di cuenta de que no era un buen momento para entrar en una carrera universitaria y necesitaba dedicarme un tiempo a mí misma. Estuve barajando varias opciones para hacer a lo largo de este año y la más adecuada era irme a vivir temporalmente fuera de mi país. Para empezar mi carrera laboral, ya que era mi primer trabajo, y sobre todo para conocerme en profundidad.
 

Llevo aprendiendo inglés desde muy joven y me gusta mucho, así que decidí ir a Irlanda para seguir practicándolo y perfeccionándolo.
 

Tuve la oportunidad de ponerme en contacto con muchas Familias de Acogida. Con cada una de ellas concerté una cita a través de la aplicación Whatsapp, lo que fue esencial para entender los requisitos de cada familia, conocernos y también para llevarnos una buena impresión de esa familia. Pero, ¿cómo elegir a la familia «adecuada»? Sencillamente, te darás cuenta. Debes confiar en tus emociones y en tu percepción. Al fin y al cabo, vas a vivir con esta familia durante un tiempo.
 

Mi Familia de Acogida vive en un pueblo. Las palabras para definir aquel lugar eran paz y naturaleza, Irlanda es un hermoso país verde. La familia tenía un bebé de 1 año, una niña de 3 años y una niña mayor de 5 años. Hablaban inglés e irlandés, y yo les enseñaba palabras en español.

Mi horario como Au Pair:

Trabajaba todos los días laborables de lunes a viernes de 8:00 a 18:00. Tenía que quedarme con el bebé todo el día, cuidarlo en todo momento y cambiarle los pañales cuando era la hora. Por la mañana, las niñas iban al colegio y por la tarde, me quedaba con los 3 pequeños.
 

Los fines de semana, los tenía completamente libres, aunque hacían actividades fuera y me incluían en los planes, y yo estaba encantada de pasar más tiempo con ellos.

¿Cómo era mi relación con los niños?

Las niñas ya habían tenido otras Au Pairs antes, así que se acostumbraron a ver a una niñera diferente cada cierto tiempo. Me acogieron muy bien desde el primer momento y nos hicimos muy amigas. Con el bebé fue un poco más difícil, ya que yo era su primera niñera y él no estaba acostumbrado a estar con otros adultos que no fueran sus padres. Con el tiempo se fue haciendo a la idea y también se encariñó mucho conmigo, igual que yo me encariñé con él.
 

No podría haber sido más feliz con estos niños.

Consejos para futuras Au Pairs:

Ponte en contacto con varias familias, haz siempre videollamadas para entender bien lo que requieren. Pregunta por la habitación, el baño, etc., por sus preferencias en cuanto a actividades diarias y demás. Pide también a las familias fotos de la vivienda para hacerte una idea antes de llegar.
 

No te acalores a la primera de cambio, no tengas miedo si te parece difícil entablar una relación con los niños. Estás ahí por ellos, así que van a crecer juntos y llegarán a conocerte mejor en el futuro. Además, no olvides que los padres también están ahí para ti, así que si tienes problemas, habla con ellos; sabrán ayudarte en todo momento.

Conclusiones personales:

Mi estancia duró 6 meses, tiempo que aproveché y disfruté al máximo de Irlanda.

Es una experiencia única en la vida que, si no la vives ya, tal vez ya nunca volverás a tenerla. Recomiendo mucho esta experiencia porque te hace crecer como persona, madurar y salir de tu zona de confort durante un tiempo. Tengo que decir que al principio es duro, a todos nos pasa lo mismo, te asalta una realidad diferente y te planteas por qué estás allí sola o cómo es posible que tomes un avión sin contar con nadie más. Pero una vez que pasas esta pequeña fase, todo mejora y empiezas a disfrutarlo de verdad.
 

Me alegro de haber subido a ese vuelo en septiembre y es una decisión que volvería a tomar mil veces. Gracias de corazón a mi Familia de Acogida, que se convirtió en mi segunda familia y me trató genial desde el primer momento.
 

Estoy segura de que volveré a visitarles en el futuro para ver cómo han crecido con los años.