Tengo mucha experiencia en el cuidado infantil, tanto profesional como privado.

Recientemente terminé mi primer contrato de Au Pair, donde cuidé a un niño de dos años en California. Disfruté mucho del tiempo allí y de mi familia anfitriona, así que estoy emocionada de volver a ser Au Pair por segunda vez con otra gran familia.

Trabajé durante dos años en un centro privado extraescolar con niños de 4 a 11 años, donde aprendí muchísimos conocimientos útiles sobre el cuidado infantil, así como sobre la política "Hacerlo Bien para Cada Niño". Además, también trabajé como niñera localmente y actualmente trabajo como panadera independiente y ama de llaves a tiempo parcial.

Entiendo lo único que es cada niño y puedo cuidarlo como corresponde.

He pasado muchos años cuidando a mi hermano menor, que tiene autismo; es increíble y no podría pedir un mejor amiguito. Me siento muy afortunada de estar en su vida y de todos los momentos de aprendizaje que me ha dado ser su hermana.

Ser niñera en el extranjero es una hermosa manera de combinar mi amor por el cuidado infantil con mi pasión por aprender sobre nuevas culturas y conectar con la gente a un nivel más profundo. Siempre me he sentido más realizada cuando apoyo a una familia, ayudando a los niños a crecer, sentirse seguros y expresarse, y hacerlo en un nuevo país se siente como una experiencia muy especial.

Vivir en el extranjero también me permite crecer como persona y aportar algo significativo al hogar de otra persona. Me encanta probar la comida local y forjar relaciones genuinas con familias de diferentes orígenes.

Ser au pair no es solo un trabajo o unas vacaciones para mí; es una oportunidad de formar parte de la historia de una familia, ayudar a crear rutinas tranquilas y alegres, y ser alguien con quien tanto niños como padres puedan contar. Ese es el tipo de conexión que más valoro.