La calle, el trabajo, tu lugar de estudios… Cualquiera de estos sitios pueden convertirse en espacios donde ocurran casos de acoso sexual.
Nos gustaría decirte que el programa Au Pair está exento de este problema, pero lamentablemente no es así. La mayoría de las experiencias que conocemos en AuPair.com, son positivas, y evidencian las ventajas del programa. Sin embargo, también conocemos casos tristes, en los que algunas candidatas se enfrentaron a circunstancias difíciles, incluyendo situaciones de acoso sexual por parte de algún miembro de su Familia Anfitriona.
Deseamos que inicies tu estadía con expectativas optimistas. No obstante, nos gustaría ayudarte a estar preparada en caso de las cosas no resulten como esperabas.
Lo primero que debes tener claro es que la culpa es siempre del acosador. No hay ninguna excusa válida, incluyendo el tipo de ropa que uses, cómo te veas, tu género o tu comportamiento, que justifique la violación de tus derechos humanos y la falta de autocontrol de un abusador.
Ser acosado (a) sexualmente tiene mucho más que ver con el poder que alguien quiere ejercer sobre otra persona, que con el sexo en sí, y puede darse en cualquier contexto. Aunque estadísticamente, el mayor número de casos involucra mujeres que son acosadas por hombres; cualquier persona, sin importar su género, edad, u orientación sexual, puede sufrir de este tipo de violencia.
¿Qué hacer entonces en el caso de que tengas que enfrentarte a una situación de acoso sexual? Aquí te traemos algunos consejos.
El Convenio de Estambul del Consejo de Europa, define el acoso sexual como:
Cualquier forma de comportamiento verbal, no verbal o físico no deseado de índole sexual con el propósito o el efecto de atentar contra la dignidad de una persona, en particular cuando se crea un entorno intimidatorio, hostil, degradante, humillante u ofensivo.
Esta Directiva de la UE establece que el acoso es una forma de discriminación y que es ilegal.
Para que quede lo más claro posible, aquí te dejamos algunos ejemplos de situaciones que pueden considerarse como acoso:
Preguntas sobre tu vida sexual, fantasías, preferencias, historial, etc.
Recibir comentarios sexistas, o que hablen sobre la forma de tu cuerpo, la ropa que usas, etc.
Expresar deseo de contacto o conducta sexual.
Invitaciones a salir o hacer otras actividades a solas cuando has dicho que no estás interesada.
Miradas lascivas
Envío de imágenes sexualmente explícitas no solicitadas.
Gestos de connotación sexual como lanzar besos, o lamerse los labios.
Manoseos, pellizcos, abrazos, roces, y cualquier otro tipo de contacto físico no solicitado y con connotación sexual (ten e en cuenta que eres tú quien decide si el gesto es inapropiado o no, no la otra persona).
Agresión física directa
Puede que al ser víctima de cualquiera de las formas de acoso sexual antes mencionadas, no tengas el impulso de rechazar o enfrentar inmediatamente a tu acosador. Esto puede ocurrir por miedo, porque te tomó por sorpresa, porque lo consideras una figura de autoridad que puede tomar represalias en tu contra o porque piensas que está en riesgo tu seguridad. Sin importar la razón por la cual no actuaste en ese momento, la pasividad no equivale a un sí de tu parte.
Tienes todo el derecho de analizar con calma la situación, decidir si es acoso, y luego tomar medidas.
Lo mejor que puedes hacer es denunciar a tu acosador. Ahora bien, sabemos que esto puede ser difícil por diversas razones. Puede que hablar te haga revivir la situación y esto te cause incomodidad. También, es normal que al estar viviendo en un país distinto al tuyo y sobre todo en casa de tu acosador, te sientas vulnerable y en peligro. Tómate tu tiempo para reflexionar y actúa cuando sea que te sientas preparada.
Considera también que incluso si hablas, tal vez no te crean. Por ello es vital que intentes recolectar la mayor cantidad de pruebas posibles.
Inicialmente, puedes escribir un mensaje de texto al acosador, en el que describas todo lo que pasó, le hables de tu incomodidad y le digas que sus acercamientos inapropiados no son bienvenidos. Sé lo más específica posible y guarda capturas de pantalla de esta conversación.
Intenta nunca quedarte sola con él. Busca siempre estar acompañada de otro adulto que te haga sentir segura, si no es posible, sal de allí. Tu seguridad es lo más importante.
Cuéntaselo a alguien. Puede ser, por ejemplo, a algún amigo que hayas hecho, u otro miembro adulto de la familia en quien puedas confiar. Incluso si no te creen, deja esta conversación por escrito para que puedas usarla como evidencia.
Comienza a buscar otra familia lo más pronto que puedas y contacta a la policía. Es su deber atenderte en estos casos.
Si encontraste tu Familia Anfitriona a través de nuestro sitio web, presenta una queja. Con tu testimonio y pruebas, podemos bloquear al usuario y evitar que contacte a otras candidatas. Lee más sobre nuestro protocolo de manejo de quejas, aquí.
Para recibir orientación y apoyo, puedes contactar en Europa a la RCNE. Esta es una organización dedicada a ayudar a víctimas de abuso sexual. Ofrecen atención en diversos idiomas e incluso dan información en su sitio web, acerca de los centros donde puedes acudir según el país donde estés ubicada. Si te encuentras en un país como Estados Unidos, la agencia a través de la que hiciste el procedimiento para ser parte del programa, es la responsable de ayudarte en esta situación.
Recuerda, tu experiencia Au Pair de ninguna manera puede terminar poniendo en riesgo tu integridad. Realiza varias videollamadas antes de elegir una Familia y haz todas las preguntas que creas necesarias.
Esperamos que la pases increíble, no olvides que no estás sola y que la mejor manera de lidiar con el acoso sexual es exponer a tu acosador.
Te deseamos el mayor de los éxitos en tu búsqueda y estadía, y esperamos que este artículo te haya servido de ayuda.
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