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Relaciones interculturales

por Sabrina4 minutos de lectura
Relaciones interculturales
Ser Au Pair es un reto por varias razones: estás en un país extranjero, hablas un idioma diferente mientras trabajas e intentas hacer nuevos amigos
Salir con alguien mientras se es Au Pair no es la prioridad de todo el mundo, pero no es tan raro enamorarse de alguien mientras se vive en el extranjero.

Aunque tener una relación con una persona de otra cultura pueda parecer atractivo, debes tener en cuenta algunas cosas para vivir esta experiencia de la mejor manera. Porque, por muy cerca que estén tu País Anfitrión y tu país de origen, las relaciones interculturales nunca son fáciles, pero tampoco son imposibles.

Qué es una relación intercultural

En primer lugar, debemos dar una definición de " relación intercultural ". La cultura implica las características de un grupo de personas en particular: incluyendo el idioma, la religión, los hábitos alimenticios, los modales sociales e incluso los diferentes gustos, por ejemplo cuando se trata de la música. 
Si eres au pair en el extranjero, es probable que te guste la cultura y las costumbres del lugar que has elegido como País Anfitrión y que las encuentres atractivas en tu pareja. 
 
Algunas cosas que él/ella puede hacer de forma natural sin ni siquiera pensarlo, podrían parecerte extrañas y divertidas. 
Mientras que algunas de estas características podrían gustarte, otras cosas podrían ser un problema o un poco más difíciles de entender, y podrían crear malentendidos en su relación intercultural.

Barrera lingüística

La comunicación es la clave de toda relación exitosa. Salir con alguien que no habla tu idioma es todo un reto: si tu pareja conoce un poco tu lengua y quiere comunicarse contigo usándola, desde el principio tendrás que presentarte y conversar con alguien que probablemente no podrá entenderte al 100%.
Si eres tú quien tiene que hablar un idioma diferente, por otro lado, es probable que tu capacidad de expresión sea limitada y al principio te sentirás incómodo o como si no estuvieras expresando plenamente tu personalidad y lo que quieres comunicar.
Aunque el inglés se habla en casi todas partes, no es la lengua materna de todo el mundo.
Si eres una Au Pair de un país de habla inglesa, tenlo en cuenta cuando tengas una cita. Es posible que la persona con la que salgas pueda comunicarse contigo, pero que no se sienta tan segura al hablar con un hablante nativo de inglés y esto también podría causar algunos problemas de comunicación.

Hábitos

Cada cultura tiene hábitos diferentes, incluso cuando se trata de cosas o necesidades básicas como los hábitos alimenticios. 
La comida, por ejemplo, tiene un papel importante en los países mediterráneos, mientras que en los países del norte de Europa se considera una simple necesidad. 
En el sur de Europa la gente tiende a estructurar sus días en función de su rutina de comidas.
De hecho, no se trata de una rutina personal. En países como Italia, por ejemplo, nadie come realmente cuando tiene hambre: ¡la gente come a "la hora de comer"! Todo el mundo sabe desde muy joven cuándo es la hora de comer y qué es lo mejor para cada comida (por ejemplo, si un alimento dulce o salado). Sin embargo, en un país vecino como Alemania, la gente sabe cuáles son las diferentes comidas, por supuesto, y más o menos también hay un horario común, pero no es tan estricto como en Italia. 
Estas cosas pueden parecer muy superficiales al principio de una relación, pero si el hábito de una cultura está tan arraigado puede provocar problemas o pequeños desacuerdos en la relación a la hora de hacer planes comunes. 

Citas

Hablando de comida, ésta es una de las grandes incógnitas cuando se trata de las primeras citas entre personas de diferentes culturas. 
Como decíamos, las distintas culturas estructuran su jornada de forma diferente, y en algunos países es habitual organizarlas en torno a las horas de las comidas. 
Por ello, a la hora de concertar una cita para una hora determinada, es recomendable preguntar o intentar averiguar si se trata de una invitación a cenar o de un simple paseo a una hora que podría considerarse "hora de cenar" para nosotros. Esto evitará llegar desprevenido y con el estómago revuelto a la primera cita. 
Si se ha decidido ir a cenar juntos, las expectativas respecto a la caballerosidad deben revisarse y ajustarse en función del País Anfitrión. 
Los países sudamericanos, por ejemplo, son conocidos por sus buenos modales y su galantería. En una cita estereotipada entre un hombre y una mujer, de hecho, será el hombre quien invite a la mujer, pague la cuenta e incluso abra la puerta. 
En los países del norte de Europa, sin embargo, los roles de género se han superado cuando se trata de salir y no es raro que la chica invite al chico o pague la cuenta.

Malos entendidos

También hay una serie de factores que pueden interferir en una relación.
En Estados Unidos, por ejemplo, se tiende a presentar la pareja a la familia muy pronto, casi al principio de la relación. Para otras culturas esto puede parecer una exageración o algo que se hace superficialmente. 
Sin embargo, para quienes están acostumbrados a esto, al estar en un país donde las presentaciones se hacen después de muchos meses (o incluso años), no conocer a la familia de tu pareja puede parecer una señal de que la otra persona no se está tomando en serio la relación. 
Otra cosa que puede resultar extraña para las culturas mediterráneas o sudamericanas es la "distancia social" que suelen tener muchos otros países: si vienes de un país "cálido" y sales por primera vez con un sueco, no te ofendas si durante vuestra primera cita parece distante y no se acerca demasiado a ti mientras hablan.
 
En conclusión, ¡las relaciones siempre son difíciles! 
Incluso si empezamos a salir con alguien que ha nacido y se ha criado en el mismo pueblo que nosotros, tarde o temprano habrá un tema sobre el que discutir y ponerse de acuerdo. Es normal y forma parte del proceso de las relaciones. Salir con alguien de una cultura diferente, que habla un idioma distinto, tiene una religión o una mentalidad diferente puede dar miedo. Sin embargo, si vale la pena, el miedo inicial no debería limitarnos, sólo debería hacernos desear conocer aún más a esa persona y su cultura. 
Las relaciones son una gran oportunidad de crecimiento. Pero el crecimiento personal al que puede conducir una relación intercultural es aún mayor.
 
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